En Estados Unidos, el gran público conoce más a Steve Wozniak por la
puesta en escena de multitudinarios conciertos de rock al aire libre que
por ser el hombre que construyó, él solo y en el garaje de su casa, los
Apple I y II. Pero en el mundo de la informática se le considera el
“genio de la electrónica” que más ha hecho por simplificar y popularizar
el microordenador. Las máquinas de Wozniak fueron las primeras en
disponer de color, gráficos, teclado y video como configuraciones
estándar. El Apple II fué tan popular que se llegaron a vender muchos
millones de unidades.
La meteórica ascensión de Steve Wozniak, desde ingeniero en el garaje
de su casa hasta multimillonario en dólares, parece un moderno cuento
de hadas. Wozniak nació y creció en el ahora famoso lugar de nacimiento
del chip, Silicon Valley (California). Su padre, ingeniero de profesión,
le enseñó la ley más elemental de la electrónica, la ley de Ohm, pero a
partir de ahí Wozniak aprendió electrónica por sí mismo.
De niño ocupaba su tiempo jugando con componentes electrónicos y
aplicando su genio técnico en hacer travesuras en la escuela. Una vez
construyó un dispositivo electrónico llamado caja azul, idea que
concibió inspirándose en el personaje de una revista que era un
proscrito de la tecnología. El dispositivo podía imitar ciertos tonos a
través del sistema telefónico. Estos tonos especiales eran la indicación
de que la persona que telefoneaba había insertado en la caja de monedas
del teléfono la cantidad de dinero necesaria. Eso le permitió a
Wozniak hacer llamadas telefónicas gratis a todo el mundo. Habló con
amigos de Inglaterra, y por este procedimiento llamó incluso ¡al Papa!
Wozniak jamás estudió la carrera de ingeniería; en la escuela era un
alumno excelente en matemáticas y en electrónica, pero abandonó los
estudios. Su primer trabajo fue como técnico en la inmensa corporación
norteamericana Hewlett Packard, donde diseñó calculadoras. Pero ellos le
dijeron que no estaba capacitado para hacer lo que él realmente
deseaba: diseñar ordenadores. De modo que empezó a trabajar por su
cuenta, especialmente por la noche, y diseñó un ordenador que la Hewlett
Packard rechazó. Wozniak no se desalentó; dejó la compañía, y con Steve
Jobs, condiscípulo en la escuela (y compañeros de travesuras),
construyó y vendió 50 unidades de la máquina que había diseñado. Así
nació Apple I. Bautizaron con el nombre de Apple (“manzana”) el
ordenador y la empresa simplemente porque Jobs una vez había trabajado
en una huerta.
Durante 1975 y 1976 Wozniak se encerró en su garaje. Allí las ráfagas de inspiración de su genio lo impulsaban a trabajar de noche y de día, hasta que finalmente produjo el Apple II. Tenía 26 años. Aún hoy los expertos consideran la creación del Apple como una proeza sorprendente, por su diseño y sistemas de circuitos tan brillantemente sencillos.
Afirman que Steve Wozniak lee el sistema de los diagramas de circuito
y sincronización de un chip con la misma facilidad con que algunas
personas leen el futuro en las hojas de té. Una de las innovaciones
importantes del Apple II fue la simplificación de la unidad de disco.
Antes de Wozniak ésta requería 30 circuitos, pero él la rediseñó para
que sólo incluyera cinco en el caso del ordenador personal. No se trata
tanto de que Wozniak hubiera creado algo completamente nuevo, sino que
simplificó y comprimió tanto todos los componentes, que consiguió que
pronto cualquiera pudiera usar un ordenador en su propia casa.
Wozniak nunca tuvo la intención de dedicarse a los negocios. Fue su
socio Steve Jobs quien se encargó de vender los Apple y de crear la
Apple Corporation. Wozniak posee un pequeño porcentaje de las acciones
de Apple y jamás ha participado en la gestión empresarial.