Procesamiento secuencial y paralelo.

El cerebro es un órgano de procesamiento de información masivamente paralelo. Cientos de miles de millones de neuronas actúan simultaneamente de una forma en la que cualquier producto humano (superordenadores) palidece en comparación.

Cada retina tiene millones de conos y bastoncillos que perciben la luz, la procesan y la envían a través del nervio óptico de forma simultanea. La corteza visual procesa de forma paralela esta información para reconocer puntos, rayas, rayas orientadas, rayas orientadas en movimiento, objetos, caras… Sin perjuicio de que otras áreas y neuronas puedan mantener el equilibrio corporal, escuchar una conversación…

El cerebro también procesa la información en serie puesto que hay tareas que deben de procesarse en serie. Así, primero se percibe, luego se decide y luego se ejecuta. Es muy notable que somos conscientes algunos milisegundos después de haber tomado una decisión de modo que un observador con el debido aparataje puede conocer nuestra decisión antes que nosotros.

Cuando llegamos al pensamiento lógico, este es estrictamente secuencial, convirtiéndose en un cuello de botella. Por ejemplo al realizar una operación matemática. Así mientras podemos reconocer una cara en milisegundos, invertimos muchos segundos en realizar una multiplicación compleja o fracasamos por completo. El proceso secuencial del cerebro es más evidente aún en el paradigma de interferencia de tareas donde una tarea dificulta o impide la realización de otra, porque querámoslo o no, sólo podemos tomar una decisión al mismo tiempo.