El ordenador hidráulico ruso de 1936 que funcionaba con agua


Los inicios de la informática fueron duros, nada de pequeños ordenadores con componentes super-miniaturizados, en lugar de eso grandes válvulas de vacío configuraban enormes máquinas que ocupaban habitaciones enteras con una potencia de cálculo irrisoria si la comparamos con las capacidades actuales aunque impresionantes en su momento.


Lo que quizás no conocías es que en pleno proceso inventivo se llegaron a probar prototipos de computadoras realmente curiosas. Un ejemplo es esta diseñada en la extinta URSS por Vladimir Lykyanov que funcionaba con … agua. Así es, amigos, parece que los ordenadores hidráulicos existieron realmente, analógicos y sin necesidad de electricidad.

 La máquina se fabricó en 1936 y utilizaba válvulas, tuberías y tanques con agua para conseguir realizar cálculos complejos y también almacenar información. La forma de introducir algún tipo de programa básico y datos en la máquina se realizaba a base de manejar llaves que cambiaban la presión del agua dentro de unos recipientes.

Un sistema muy curioso que además resultaba ser efectivo porque según parece fue la primera de su época en ser capaz de realizar cálculos diferenciales utilizando el sistema hidráulico. Obviamente, tema aparte es su velocidad de cálculo o la capacidad para tratar y manejar la información aunque la ventaja evidente que se intuye es que los problemas derivados del sobre calentamiento de materiales serían inexistentes.

Es curioso ver que no fue la única de este tipo en su época porque al parecer hubo otra máquina similar fabricada en 1949 que utilizaba igualmente agua, aunque en este caso el uso que se le dio a esta máquina fue el de analizar y predecir cómo iba a ir la economía. Básicamente se hacía fluir agua a través de los mecanismos para imitar el movimiento de dinero a través del sistema económico, imitando situaciones reales como subidas y bajadas de impuestos, inyecciones de capital, ahorros, gastos, etc.
La máquina tiene aspecto de un alambique, lleno de tubos, grifos y bombas por donde circula el agua.
Su funcionamiento no puede ser mas simple; el agua representa el dinero y las diferentes válvulas los agentes económicos (impuestos, precios, …) y si se desea comprobar el efecto de, por ejemplo, una subida de impuestos, solo hay que accionar el grifo correspondiente, y el flujo del agua nos mostrará que flujo seguirá el dinero en esas circunstancias.
La máquina la inventó un ingeniero llamado Bill Phillips, y el día de su presentación provocó reacciones muy encontradas; unos se rieron y otros se asombraron al ver aquella máquina, construida a partir de piezas de un viejo bombardero Avro Lancaster.
Sin embargo, la máquina de Phillips funcionó a la perfección, con lo que no tardaron en encargarle mas unidades. En total se fabricaron 14, que se vendieron a varias empresas y gobiernos, de las que solo quedan dos que sigan funcionando; una en Cambridge y la otra en el Banco central de Nueva Zelanda.
El hecho de que la tecnología no prosperara ya parece indicar que no debió de ser demasiado potente, ¿o quizás sí? Cuesta trabajo imaginar un ordenador moderno que no funcione de forma 100% electrónica-digital, pero también es cierto que los primeros coches eléctricos nacieron oficialmente hace más de un siglo pero su tecnología no llegó a desarrollarse a alto nivel hasta nuestros días por motivos comerciales. 

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