Konrad Zuse

Zuse logró en Alemania resultados similares a los obtenidos por Von Newuman en Estados Unidos.


Con frecuencia en distintos lugares del mundo se producen inventos simultáneamente a partir de ideas que surgieron y se desarrollaron independientemente unas de otras. En la década de los cuarenta, mientras en Estados Unidos se estaba construyendo el primero ordenador de válvulas (el ENIAC), un ingeniero alemán, Konrad Zuse, trabajaba en una calculadora programable, que se considera como el primer ordenador de la historia.


Zuse nació en Berlín el 22 de junio de 1910. Después de estudiar en la Universidad Técnica de la ciudad, trabajó como ingeniero aeronáutico para la Henschel Aircraft Company, dedicándose al diseño de alas. Los principios matemáticos básicos aplicados al refuerzo de las alas de los aviones ya se habían establecido en la década de 1920. No obstante, los cálculos individuales necesarios para producir cada par de alas requerían equipos de personas trabajando con máquinas de calcular mecánicas y reglas de cálculo. Zuse comprendió muy pronto la necesidad de contar con una máquina que pudiera efectuar con rapidez este trabajo que ocupaba tanto tiempo. Por las tardes, en compañía de otros amigos, emprendió, en el piso de sus padres, la labor de construir un ordenador que pudiera realizar esta tarea.

Su primera máquina, el Z1, era un dispositivo mecánico que podía efectuar las cuatro operaciones aritméticas elementales, calcular raíces cuadradas y convertir números decimales a notación binaria y viceversa. Aunque no estaba enterado de los logros de Charles Babbage, cuyo ingenio diferencial se había creado para efectuar los laboriosos cálculos que requerían las tablas náuticas, Zuse había llegado a conclusiones similares y a otras que eran mucho más avanzadas. El descubrimiento más sensacional de Zuse se produjo al comprobar que una palanca era un interruptor que se podía colocar en una de dos posiciones (encendido o apagado) y que, por consiguiente, se podría utilizar ya como medio para almacenar datos, ya como dispositivo de control.

Zuse pretendía representar tanto los datos como las instrucciones en forma binaria, y en el año 1941 inició la construcción de un ordenador electromagnético, al que llamó Z2. Dedicado de lleno al esfuerzo de la guerra, el gobierno alemán se mostró poco interesado, al principio, en el invento. No obstante, finalmente acabó por reconocer el potencial interés militar del aparato y le proporcionó fondos a Zuse para desarrollar el Z3. Éste había de ser un ordenador eléctrico, con un tendido de cables eléctricos, que posibilitaron un diseño más compacto y elegante, en lugar de los enlaces mecánicos que utilizó en las máquinas anteriores.

Zuse construyó el Z3 pese a no pocos contratiempos. Los bombardeos de Berlín por los aliados le obligaron a trasladar su taller en diversas ocasiones. Dos veces lo llamaron a filas, sólo para mandarlo de vuelta desde el frente oriental para que continuara con su trabajo. La escasez de materiales durante la guerra le forzó a improvisar, obligándolo a servirse de piezas extraídas de los engranajes de conmutación telefónicos y a utilizar copias de antiguas películas, perforadas con códigos de ocho agujeros por fotograma, en lugar de cintas de papel.

El Z3 podía almacenar 64 palabras, cada una de ellas de 22 bits de longitud. A la información se le daba entrada a través de un teclado y los resultados se exhibían visualmente en un conjunto ordenado de lámparas montadas sobre un tablero. Lamentablemente, el Z3, al igual que todos los ordenadores anteriores de Zuse, fué destruido en 1945 durante un bombardeo de Berlín.
Uno de los ordenadores lo adaptó la Henschel Aircraft Company para ayudar en la construcción de la bomba volante HS-293. Se trataba de un avión no tripulado que se lanzaba desde un bombardero y se guiaba hasta su objetivo por radio.

El último ordenador que produjo Zuse, durante la guerra, el Z4, había incrementado la longitud de sus palabras a 32 bits. Cuando los aliados se acercaban a Berlín, la máquina fue trasladada a Gotinga. Finalmente quedó instalada en Basilea (Suiza), donde estuvo en funcionamiento hasta 1954.
Zuse no consiguió fabricar ordenadores en la Alemania de la postguerra, por lo cual dedicó sus esfuerzos a la teoría informática. Desarrolló un sofisticado lenguaje denominado Plankalkul que podía tratar lógicamente tanto con matemáticas como con información más general. Cuando pudo volver al campo de la creación de ordenadores, fundó la Zuse Company, que fue la fábrica más importante de ordenadores de Alemania hasta 1969, en que fue absorbida por Siemens Corporation.