Las limitaciones de nuestra memoria inmediata, la falta de información o
la incertidumbre acerca de las consecuencias de nuestras acciones
provocan que las personas recurramos de forma sistemática a atajos
mentales ("heurísticos" según la psicología cognitiva) que utilizamos
para simplificar la solución de problemas y que nos permiten realizar
evaluaciones en función de datos incompletos y parciales.
Muchas veces nos equivocamos cuando hacemos estas inferencias, pero los
heurísticos son necesarios para liberarnos de la cantidad de procesos
mentales que tendríamos que realizar en caso contrario. Nuestro cerebro
no sería capaz de procesar toda la información sensorial que recibe y
necesita de alguna forma filtrar de forma selectiva la información que
le rodea. Lo curioso es que empleamos estos atajos cognitivos incluso
cuando tenemos datos adicionales que permitirían una evaluación más
fiable. Cuando nuestros heurísticos no dan lugar a juicios correctos
incurrimos en lo que se denomina un sesgo cognitivo, es decir, la
tendencia a sacar una conclusión incorrecta en una circunstancia
determinada en base a factores cognitivos.
En informática, los métodos heurísticos suelen utilizarse para encontrar
una solución razonable a un problema, a veces no óptima, pero con el
objetivo de mantener los tiempos computacionales dentro de límites
manejables. Nuestro cerebro, la mayor parte de las veces, funciona de la
misma manera. Dado que el tiempo es finito, aplicamos inconscientemente
“atajos” mentales en búsqueda de la solución de un problema o en la
toma de una decisión. Pero ese atajo muchas veces es un camino que nos
lleva a un destino muy alejado de la solución. El inconveniente es que
en general no nos damos cuenta cuándo estamos razonando en forma
prejuiciosa. Y eso sucede muchas más veces de lo que creemos. Hagamos un
repaso sobre algunos de lo más conocidos y estudiados
Heurístico de disponibilidad
La heurística de disponibilidad es un mecanismo que la mente utiliza
para determinar qué probabilidad hay de que un suceso se dé o no. Cuando
más accesible es un suceso, parecerá más frecuente y probable, cuanto
más viva es la información, será más convincente y fácil de recordar, y
cuanto más evidente resulta algo, más causal parecerá.
El sesgo o heurístico de la disponibilidad es una tendencia a valorar
las probabilidades en base a los ejemplos más sencillos que acuden a
nuestra mente. Este sesgo cognitivo se aplica a muchísimas esferas de
nuestra vida e incluso afectan nuestro desempeño profesional. Por
ejemplo, se ha demostrado que los doctores que han diagnosticado dos
casos seguidos de meningitis, creen percibir los mismos síntomas en el
próximo paciente, incluso si este tiene solamente una gripe y si son
conscientes de que es muy poco probable (estadísticamente hablando)
diagnosticar tres casos seguidos con la misma enfermedad. Otro ejemplo
sería el de una persona que argumenta que fumar no es tan dañino
basándose en que su abuelo vivió hasta los 100 años y fumaba tres
cajetillas al día, un argumento que pasa por alto la posibilidad de que
su abuelo era un caso atípico desde el punto de vista estadístico.
Básicamente consiste en sobreestimar la
importancia de la información disponible (y extraer por tanto
conclusiones erróneas). Veamos más ejemplos que ilustran a la perfección
este sesgo en base a un análisis de percepción pública de riesgos
realizado en Estados Unidos:
- El 80% de los participantes juzgaron que las muertes debidas a accidentes eran más probables que las muertes provocados por derrames cerebrales. En realidad, los derrames cerebrales causan casi el doble de muertes que todos los accidentes juntos.
- Los tornados se consideraron causas de muerte más frecuentes que el asma. Sin embargo, el asma causa 20 veces más muertes.
- Se juzgó que las muertes por enfermedad y accidente eran igual de probables. La muerte por enfermedad es 18 veces mayor que la muerte por accidentes.
- Se juzgó también como 300 veces más probable la muerte por accidentes que por diabetes cuando en realidad muere 1 persona por accidente por 4 de diabetes.
¿Cuál es la lección que sacamos de esto?. Pues que las estimaciones que hacemos (en este caso de las causas de muerte) están distorsionadas por la relevancia mediática que tengan, pues la cobertura periodística está sesgada hacia la novedad y el dramatismo. Aunque el asma causa 20 veces más fallecimientos, son fallecimientos que carecen de un “disparador” emocional. En definitiva, un problema de disponibilidad.
El sesgo de disponibilidad podemos observarlo cuando dejamos de viajar
en avión (mucho más seguro estadísticamente que el coche) porque se ha
producido un accidente de una manera que consideramos próxima a nosotros
–un accidente producido en nuestro país, por ejemplo-, o cuando dejamos
de comprar una marca de coche porque una persona a la que conocemos o
en la que confiamos nos confiesa haber tenido problemas. De igual forma
las loterias explotan el sesgo de la disponibilidad, si las personas
comprendiesen verdaderamente las probabilidades que tienen de ganar,
probablemente no comprarían nunca más un décimo en toda su vida.
Sesgo de impacto
El sesgo de impacto
es nuestra tendencia a sobreestimar nuestra reacción emocional a los
acontecimientos futuros, sobrevalorando la duración e intensidad de los
futuros estados emocionales. La investigación por contra muestra que la
mayoría de las veces no nos sentimos tan mal como esperábamos cuando las
cosas van mal. Los psicólogos han descubierto que el sesgo de impacto
es una razón por la que a menudo fallamos en la predicción sobre cómo
nos afectarán emocionalmente los acontecimientos futuros. Los estudios
por ejemplo han encontrado que meses después de que una relación termine
las personas no suelen ser tan infelices como esperan y que personas a
las que le ha tocado la lotería prácticamente no varían su grado de
felicidad y estado emocional promedio.
Cuando la gente piensa en el impacto de los acontecimientos futuros
tienden a olvidarse del resto de cosas que estarán sucediendo en sus
vidas. En realidad, el evento que estamos imaginando probablemente se
vea opacado por todo tipo de eventos que ocurren al mismo tiempo. Además
el futuro siempre contendrá muchos otros eventos que no podemos
predecir, algunos positivos y otros negativos, pero que en su conjunto
matizan esa predicción emocional. Es importante recordar que por lo
general tendemos a sobrevalorar el impacto emocional de los
acontecimientos futuros. Esta es una buena noticia para los eventos
negativos, pero menos buena para los positivos.
La ilusión de superioridad o efecto Dunning-Kruger
El efecto Dunning-Kruger
es un fenómeno psicológico según el cual las personas con menos
conocimientos tienden a sobreestimar sus cualidades mientras que
aquellos más preparados se consideran menos competentes de lo que son.
En palabras de J. Kruger y D. Dunning de la Universidad de Cornell "los
incompetentes sufren un doble agravio, ya que no sólo llegan a
conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su
incompetencia les impide darse cuenta de ello".
Los autores trataron de averiguar si existía algún remedio para bajar la autoestima sobrevalorada de los más incapaces. Resultó que sí lo había: la educación. El entrenamiento y la enseñanza podían ayudar a estos individuos incompetentes a darse cuenta de lo poco que sabían en realidad.
Los autores trataron de averiguar si existía algún remedio para bajar la autoestima sobrevalorada de los más incapaces. Resultó que sí lo había: la educación. El entrenamiento y la enseñanza podían ayudar a estos individuos incompetentes a darse cuenta de lo poco que sabían en realidad.
Todo esto encaja con la vieja máxima de Charles Darwin: «La ignorancia engendra más confianza que el conocimiento».
Heurístico de representatividad
Consiste en una inferencia sobre la probabilidad de que un estímulo
(persona, acción, suceso) pertenezca a una determinada categoría. Por
ejemplo, Jorge es un jóven metódico cuya diversión principal son los
ordenadores. ¿Qué le parece más probable?, ¿que Jorge sea estudiante de
ingeniería o de humanidades?
Cuando se hacen preguntas de este tipo, la mayoría de la gente tiende a
decir que seguramente Jorge estudia ingeniería. Un juicio así resulta,
según Daniel Kahneman
(catedrático de Psicología de la Universidad de Princeton y primer no
economista galardonado con el premio Nobel de Economía), de la
aplicación automática (inmediata, no meditada) del heurístico de
representavidad. Suponemos que Jorge estudia ingeniería simplemente
porque su descripción encaja con un cierto prototipo o estereotipo del
estudiante de ingeniería. Pero esto implica pasar por alto el hecho de
que los estudiantes de humanidades o "letras" son mucho más abundantes
que los de ingeniería, con lo cual es mucho más probable encontrar
estudiantes de humanidades que se correspondan con la descripción
de Jorge.
Sesgos como los producidos por el heurístico de representatividad
no son meras curiosidades de laboratorio y son parte del fundamento de
ciertos prejuicios sociales que a veces son empleados para justificar
conductas o leyes inapropiadas. Por ejemplo, cuando juzgamos o
predecimos la conducta de un miembro concreto de un determinado
colectivo, como los inmigrantes, tendemos muchas veces a basarnos en
estereotipos supuestamente representativos, ignorando datos objetivos de
frecuencia y probabilidad.
Efecto halo
Es la capacidad de un individuo para modificar la percepción o
evaluación que los demás tienen de las demás cualidades personales a
través de una cualidad específica. Sucede cuando tomamos un atributo
positivo de alguien y lo extrapolamos a todo lo demás acerca de esa
persona o cosa. El efecto halo es un sesgo atribucional donde nuestro cerebro hace juicios sobre el carácter o la competencia de los demás.
El problema se produce cuando estas impresiones son erróneas, ya que se
basan a menudo en aspectos superficiales (por ejemplo, si la persona es
atractiva para nosotros). Esta tendencia parece estar presente incluso
en los más altos niveles de la sociedad en ámbitos donde la objetividad
debe gobernar. De hecho, se ha demostrado que, en promedio, la gente
atractiva tienen penas de prisión más cortas que otros que fueron
condenados por delitos similares.
Error fundamental de atribución
Es la tendencia o disposición de la gente a sobredimensionar los motivos
personales internos a la hora de explicar un comportamiento observado
en otras personas, dando poco peso por el contrario a motivos externos
como el rol o la situación, para este mismo comportamiento. Ejemplo:
Cuando las personas piensan en sí mismas atribuyen su éxito a una
cualidad personal (inteligencia, bondad, fuerza, carácter) y sus
fracasos a circunstancias externas (mala suerte, desventaja, manías).
Por otro lado, cuando la gente piensa en otros, atribuyen los aciertos
de los demás a circunstancias externas (tuvo suerte, tuvo ventaja) y los
fallos a debilidades o características internas (tiene mucho carácter,
él no es suficientemente fuerte, inteligente).
Sesgo de disconformidad
Es la tendencia a realizar una crítica negativa a la información que
contradice nuestras ideas mientras que por otra parte aceptamos sin
problema aquella información que es congruente con nuestra creencias o
ideología fundamental. De esta forma se produce una percepción selectiva
por la cual las personas perciben lo que quieren en los mensajes de los
demás o de los medios de comunicación. Por lo general las personas
tendemos a ver e interpretar las cosas en función de nuestro marco de referencia ideológico.
También tenemos más probabilidades de buscar información favorable a
nuestras ideas que buscar información que desafíe las posiciones
asociadas a nuestro grupo de identidad o línea de pensamiento (búsqueda y
asimilación sesgada).
Tenemos un sesgo de confirmación que nos hace centrarnos en la información que confirma las propias creencias o hipótesis. Incluso se ha demostrado
que las personas que puntúan más alto en los test de reflexión
cognitiva no emplean sus habilidades para derribar sus creencias
erróneas, sino que emplean generalmente sus fabulosas habilidades de
razonamiento para reforzar sus posiciones ideológicas y salvaguardar a
sus grupos de referencia. Nuestra cognición está mediada frecuentemente
por el deseo de poner a salvo nuestras identidades preferidas.
Entre las explicaciones de las tendencias observadas se encuentran el pensamiento ilusorio y la limitada capacidad humana para procesar la información. Otra explicación es que las personas muestran un sesgo confirmatorio porque sopesan los costes de equivocarse más que el investigar de un modo neutral y científico. El sesgo de confirmación contribuye al exceso de confianza en las creencias personales y puede mantener o reforzar estas creencias ante evidencias contrarias.
Entre las explicaciones de las tendencias observadas se encuentran el pensamiento ilusorio y la limitada capacidad humana para procesar la información. Otra explicación es que las personas muestran un sesgo confirmatorio porque sopesan los costes de equivocarse más que el investigar de un modo neutral y científico. El sesgo de confirmación contribuye al exceso de confianza en las creencias personales y puede mantener o reforzar estas creencias ante evidencias contrarias.
Heurístico de anclaje y ajuste
Se trata de un sesgo cognitivo que describe la tendencia humana común a
confiar demasiado en la primera pieza de información que se ofrece al
tomar decisiones: el "ancla". También se conoce como el "efecto del enfoque".
Durante la toma de decisiones, el anclaje se produce cuando las
personas utilizan una pieza inicial de información para hacer juicios
posteriores. Una vez que el ancla se fija, el resto de información se
ajusta en torno a la posición del ancla incurriendo en un sesgo.
Por ejemplo, el precio inicial ofrecido por un coche usado establece el
estándar para el resto de las negociaciones, por lo que los precios más
bajos que el precio inicial parecen más razonables aunque sigan siendo
superiores a lo que el coche realmente vale. De igual forma si se
pregunta sobre la población de Ucrania: «¿Es mayor o menor que cien
millones de personas?», las respuestas variarán, pero en general serán
algo menores que dicha cifra. Sin embargo, si la pregunta fuera: «¿Es la
población de Ucrania mayor o menor que veinte millones de personas?»,
las respuestas variarán, pero el promedio de respuestas no se modificará
mucho respecto al ancla inicial. Es decir, se parte del "valor de anclaje" y se hace un ajuste... que normalmente suele ser en la dirección correcta pero de magnitud insuficiente.
La gente se concentra en las diferencias notables, excluyendo aquellas
que son menos visibles, también al hacer predicciones sobre la
felicidad. Un aumento en los ingresos tiene sólo un efecto pequeño y
transitorio sobre la felicidad y el bienestar, pero la gente siempre
sobreestima este efecto.
De igual forma si preguntamos a unos estudiantes 1) ¿cómo de feliz te
sientes con tu vida? y 2) ¿cuántas citas han tenido este año?, tenemos
que la correlación es nula (según las respuestas tener más citas no
alteraría el nivel de bienestar). Sin embargo, si se modifica el orden
de las preguntas el resultado es que los estudiantes con más citas se
declaran ahora más felices. Es inconsistente, claro, pero focalizar su atención en las citas hace que exageren su importancia.
Parece ser que los expertos (gente con alto conocimiento, experiencia o
especialización en algún campo) son más resistentes al efecto de
anclaje, pero aún así tampoco son totalmente inmunes.
Sesgo de memoria
Nuestras memorias contienen una enorme base de datos de experiencias.
Por desgracia, nuestra memoria no es perfecta: se desvanece con el
tiempo, puede llegar a bloquearse o ser errónea. Y no sólo eso, sino que
la investigación psicológica revela que cuando evaluamos recuerdos de
cara a tomar decisiones sobre nuestro futuro a menudo esos recuerdos se
muestran sesgados hacia ejemplos poco comunes que son muy positivos o
muy negativos, tendemos a recordar acontecimientos insólitos o poco
habituales más que acontecimientos diarios, cotidianos. Esto es porque
el cerebro da mucha importancia a fenómenos extraordinarios o poco
usuales debido probablemente a la importancia que estos tenían en el
aprendizaje a lo largo de la evolución. Ese sesgo de nuestra memoria
afecta en consecuencia a nuestra capacidad de predicción futura.
La mejor forma de evitar ese sesgo es tratar de recordar el mayor número
posible de eventos similares para evitar caer en extremos poco
representativos. Si sólo recordamos un ejemplo del pasado de ese tipo de
evento es muy probable que sea uno de los mejores o uno de los peores
ejemplos de ese evento.
Sesgo del poder corrupto
Existe una tendencia demostrada
en la que los individuos con poder son fácilmente corrompibles cuando
se sienten con plena libertad y sin restricciones. Este sentimiento se
ve incrementado si el individuo se ve reforzado con un sentimiento de
respaldo moral, se siente atacado o tiende a otros prejuicios que le
ayudan a justificarse.
Efecto de percepción ambiental
El ambiente produce una gran influencia en el comportamiento de los
individuos. En un ambiente caótico, deteriorado y sucio, las personas
tienden a ser más incívicas, más caóticas, y también a cometer más
acciones vandálicas o incluso delictivas. Este efecto es la base de la "teoría de las ventanas rotas" estudiado por el psicólogo de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo.
Prejuicio de retrospectiva o recapitulación
Muestra la inclinación a ver los hechos pasados como fenómenos predichos
o predecibles. Los individuos están, en realidad, sesgados por el
conocimiento de lo que realmente ha pasado cuando evalúan su
probabilidad de predicción. Este prejuicio es en realidad producido por
un error en la memoria. De igual forma también tenemos tendencia a
valorar los eventos pasados de manera más positiva a como sucedieron en
realidad. Un proverbio en latín resume este efecto: memoria praeteritorum bonorum, es decir, "el pasado siempre se recuerda como mejor".
Efecto Forer
Es la tendencia de la gente a dar una alta nota de precisión o a asentir
y confirmar la fidelidad de las descripciones que de su personalidad se
hagan cuando éstas están hechas a medida y específicamente para ellas
(por ejemplo: los horóscopos). En realidad, estas descripciones de la personalidad son vagas y suficientemente generales como para ser aplicadas a un amplio espectro de la sociedad.
Ilusión de la confianza
Consiste en confundir la confianza de un hablante con su credibilidad,
de forma que se percibe a una persona como más creíble cuanta más
confianza muestra en sus argumentaciones. La realidad es que las
investigaciones han demostrado que la confianza no es un buen indicador
ni es una forma fiable de medir la capacidad o aptitud de una persona.
Efecto Bandwagon o efecto de arrastre
Es la tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas otras personas
hacen (o creen) esas cosas. La probabilidad de que una persona que
adopta una creencia aumenta en función del número de personas que tienen
esa creencia. Esta es una poderosa forma de pensamiento de grupo.
Sesgo de proyección
Es la tendencia inconsciente a asumir que los demás comparten el mismo o
pensamientos, creencias, valores o posturas parecidas a las nuestras.
Efecto del lago Wobegon o efecto mejor que la media
Es la tendencia humana a describirse de manera halagadora o aduladora,
comunicar bondades de sí mismo y pensar que se encuentra por encima de
la media en inteligencia, fuerza u otras cualidades. Se relaciona con el
sesgo optimista, sesgo que por sus implicaciones y alcance dedicaremos
próximamente una entrada específica en este mismo blog.
Falacia de la planificación
Es la tendencia a subestimar el tiempo para concluir una tarea.
Generalmente se debe a que tendemos a no planear los proyectos a un
nivel de detalle que permita la estimación de las tareas individuales.
Lovallo y Kahneman sugieren que la falacia de la planificación no solo
provoca demoras, sino también costos excesivos y reducción de beneficios
debido a estimaciones erróneas.
Y es que como diría el científico estadounidense Douglas Hofstadter siempre hay que tener presente que "Hacer algo te va llevar siempre más tiempo de lo que piensas, incluso si tienes en cuenta la Ley de Hofstadter"
Efecto Keinshorm
Predisposición a contradecir por sistema las ideas o formulaciones que otra persona, con la cual no se simpatiza.
Efecto del falso consenso
La mayoría de personas juzgan que sus propios hábitos, valores y
creencias están más extendidas entre otras personas de lo que realmente
están.
Ilusión de control
Se encuentra detrás de muchas supersticiones y comportamientos
irracionales. Se trata de la tendencia que tenemos a creer que podemos
controlar ciertos acontecimientos, o influir en ellos, cuando
racionalmente es evidente que tal control es imposible. Así, creamos
rituales y supersticiones que nos dan cierta seguridad, como los
deportistas que repiten ciertas conductas esperando que condicionen
cosas como su capacidad de marcar goles, que evidentemente depende de
muchos otros factores objetivos.
Defensa de status
Cuando una persona se considera con cierto status ésta tenderá a negar y
a defenderse de cualquier comentario que lo contradiga incluso
recurriendo al autoengaño.
Ilusión de frecuencia
Consiste en la ilusión por la que un fenómeno que ha centrado
recientemente nuestra atención de repente pensamos que aparece o sucede
"en todas partes", aunque sea improbable desde el punto de vista
estadístico. En realidad se debe a que somos nosotros quienes lo
percibimos de forma diferente (con anterioridad no le prestábamos
atención) y por lo tanto creemos erróneamente que el fenómeno se produce
con más frecuencia.
Punto de referencia o status-quo
Un mismo premio final no tiene el mismo valor para dos personas
distintas. Si tengo mil euros y gano diez euros en una apuesta lo valoro
menos que si tengo cinco euros y gano diez en la apuesta. El punto de
referencia lo es todo psicológicamente. Añadamos ahora una dimensión a
este sesgo. No sólo se trata de la referencia con mi propia riqueza
inicial, sino con la riqueza de mi círculo de personas cercano. Si
alguien desconocido para mi gana cuatrocientos mil euros en la lotería,
yo no me veo afectado. En cambio, si los gana mi compañero de trabajo,
soy más pobre. Aunque no hubiera jugado a la lotería.